Per: Narcís Martí Fabregó

Quiero pensar que el problema de la tasa turística es el propio nombre. De todos es sabido que el sólo hecho de incluir palabras como “tasas” o “impuestos” en una frase ya levantan alertas.
¿Qué pasaría si cambiáramos el nombre? En vez de llamarla “tasa Turística” la llamáramos “Colaboración Turística para la Promoción del Destino”, ¿Alguien se atrevería a cuestionarla? Como he dicho antes, quiero pensar que no.
La discusión estaría en quien paga la colaboración, el hotelero o el cliente y quien la recauda y la gasta, la Generalitat o el Destino. El Pensar que las promociones las ha de continuar haciendo sólo la administración, en época de recortes de todo tipo, es un poco descabellado. El Destino ha de continuar promocionándose y más en época de crisis. La Gobernanza, la colaboración entre los diferentes actores del destino, se ha de llevar a la práctica.
Palabras como innovación, valores, calidad, profesionalidad, forman parte, no solo de las estrategias empresariales, sino de las estrategias del destino.
Y quien no crea en el Destino, que deje sitio a los que quieren luchar y levantarlo.